Neko

Neko

viernes, noviembre 04, 2005

Niños más idiotas que los "perfectos idiotas" que fuimos ...

La gente de mi generación y antes de ella éramos, a los 14 0 13 años, unos "perfectos idiotas"; éramos niños y niñas que hacíamos niñerías, idioteces, y éramos felices haciéndolas.
Esas actitudes infantiles ocupan gran parte de mis recuerdos bellos y nostalgias en la actualidad.
En cambio, hoy, los niños a los 14 años ya son unos "pseudo-adultos", ¡con disfraces y todo! Y qué lástima me da todo eso, porque cuando tengan más de 20 años (o 30 o 40), se darán cuenta de que se perdieron una etapa hermosa para pasar rápidamente a la siguiente, cayendo tristemente en la cuenta de que la "adultez" es el lapso más largo y definitivo de nuestras vidas.
Se percatarán de que no era necesario apresurarse, ya que tarde o temprano llegarían a ser adultos, pero nunca más volverían a ser niños. Y ahí es cuando queremos volver a ser niños, irresponsables, irresolutos, intensos, soñadores, etc...
Los que disfrutamos de la niñez a cabalidad y sin apuros, no necesitamos ese retorno a la infancia, sino que sólo el recuerdo y algo de nostalgia, pero quienes se están apresurando hoy, pasando apenas la década de vida, para ser pronto "adultos", me da la impresión que tendrán un anhelo mayor de volver atrás a futuro y ya no podrán hacer nada, por lo que la frustración y la negación podría llegar a producir serios trastornos emocionales.
No sé, es sólo una reflexión, sin ánimos de ponerme densa ni tampoco conservadora. Sólo meditar eso. El vivir apurados desde muy niños, sin disfrutar lo que es estar en cada etapa.



Como es costumbre en mis pocos posteos... un poemita... este es más antiguo aún que los otros. ojalá les guste más que mis escuetos comentarios sobre esta vida.

"Gota a gota te vas cíclico;
redoble de truenos y relámpagos
precediendo el miedo;
la angustia enmarcada por el viento y
en la cara la eterna interrogante
que de a poco se va lavando de mi piel...
Un adiós paulatino
y difícil de desprender de los labios
esconde la mirada...
la mirada de quién?
la mía?
No tiene sentido.
ni un adiós ni un olvido.
Ni la mirada,
ni el suspiro que se pierde en el trueno.

La lluvia repica en la ventana,
cristalina, como el miedo sanador
tintinea en mis pupilas
imitando el aguacero feroz,
pero sin que nadie lo note...
se inunda el alma.

Me despierta.
Asombro, remezón, ansiedad.
Cegando mis ojos la luz azul
y otra vez se mueve el piso,
anunciando millones de gotas
dispuestas a confundirse
con las que corren por mi tez,
pero sin que nadie lo note..."


P.L.

1 Comments:

At 6:50 p. m., noviembre 16, 2005, Anonymous Anónimo said...

Muy de acuerdo con el diagnóstico que haces. Hay un aspecto que queda un tanto indefinido: tu comentario deja una sensación de que estuvieras culpando a los propios niños de toda esa precocidad, pero no creo sea tu verdadero razonar. Naturalmente nosotros pertenecemos a otra época, en que por ejemplo nuestras madres en un gran porcentaje optaban por la crianza de sus hijos antes que ambiciones laborales, desarrollo personal o como se le llame. Los niños de hoy son solitarios, y están llenos de miedo; cambiaron los tiempos de parques, helados y bicicletas. Hoy todo es más grotezco, se crece entre horribles edificios, centros comerciales y un consumismo y materialismo avasallador. Son miles los detalles que hacen la diferencia, pero ahí está la paradoja de la dictadura...vivimos en un país mentiroso, que ocultaba una verdad durísima y que nos reducía hasta donde fuera posible, pero de todo eso resultaba un efecto proteccionista que prolongó nuestra inocencia y en definitiva nos hizo seres menos complejos, al menos dentro de un contexto social.
Te felicito, muy buen comentario...siempre es grato leer este tipo de cosas. Un abrazo...

Mario.

 

Publicar un comentario

<< Home